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LOS CRISTOS DEL MAGREB por Francisco J. Fernández-Pro

LOS CRISTOS DEL MAGREB por Francisco J. Fernández-Pro
abril 14
01:07 2014
Fco. Fernández-Pro

Fco. Fernández-Pro

Me quedé impresionado por la visión. Me conmocionó reconocer a Cristo en aquella escena. Dos hombres estaban encaramados en una farola, con los pies y las manos sangrantes. Otros, se encontraban colgados –literalmente-, suspendidos de una alambrada de acero, cuando uno de ellos perdió el conocimiento, extenuado tras más de seis horas de suplicio. Los guardias pusieron una escalera y, entonces -fláccido, entregado, manso-, fueron descendiéndolo de su cruz… 

               Ya huelen los azahares en los naranjos. Comienza una nueva Semana Santa y, con ella, nuestras calles se llenarán de sonidos, aromas, visiones mágicas, sentimientos desbordados y esta memoria de tiempo detenido siempre pendiente de revivirse por primavera… Y todo ocurre por causa de este Jesús que nos invitó a contemplarlo en su Cruz, a cargar con la nuestra y a compartir con Él, desde el Amor –o la solidaridad-, la dignidad de todos los seres humanos (y, principalmente, la de los más necesitados de esa dignidad, la de los más pequeños).

               Llega el buen tiempo y Jesús se aparece, calle arriba, impresionante, mecido por sus costaleros. Pero como Él, desde el principio, QUISO SER esos más pequeños y marginados, ahora -con el buen tiempo- no sólo se nos viene mostrándose con su Cruz por nuestra Carrera Oficial, sino que vuelve a venirse (como todos los años) dando costaladas por esa frontera sin alma que separa este mundo nuestro de los azahares y la memoria, de ese otro mundo suyo habitado sólo por la miseria de tantos cristos que nadie advierte. 

En este mundo-nuestro-con-todo, hay demasiados cristianos de cirio y de capilla que todavía no reconocen a Cristo en esta gente que llega de cualquier forma -sin oficio, ni papeles, sólo con sus cruces grandes-, porque se han olvidado de la Justicia que les pide Jesús y rechazan –muchas veces por temor, otras por asco- la miseria de los harapos con los que se nos aparecen. 

   En este universo nuestro de los nazarenos y las bandas de música y los golpes de pecho, hay todavía demasiada gente que no comprende y se sorprende y se pregunta cómo es posible que haya hombres que arriesguen sus vidas en el salto de una alambrada. Todavía hay mucha gente que no entiende el por qué de tantas mujeres embarazadas que se arriesgan a las calamidades de un mar asesino. Y la respuesta es bien sencilla…

 … Es que hay gente buena que no soporta el hambre de sus hijos.

 Es que hay hombres, sin esperanzas, que se preguntan por qué no nacieron un poquito más al norte.

            Es que hay gente sin futuro que, entre escombros, ratas, moscas y hambre, ve en cualquier televisor que, sólo diez kilómetros más allá, se sale del infierno.

Es que hay gente que sabe que, al revolver la esquina, se llega a una tierra donde los hijos de los hombres tienen parques y se ríen por cualquier cosa y hasta pueden comer todos los días.

Es que hay hombres sin nada que han visto que -a tiro de piedra-, detrás de las alambradas, en las playas que se ven tan cerca, hay otros hombres –como ellos, iguales que ellos- que tienen médicos y paz y futuro y dignidad.

Es que hay hombres, mujeres y niños, que son infinitamente más importantes que las fronteras.

          Hay gente con pan y hay gente sin pan.

          Hay gente que vive y hay gente que necesita vivir…

          … Y, en la permanente Pasión de Cristo, hay hombres que presumimos de ser cristianos pero que, muchas veces -¡demasiadas veces!-, somos incapaces de responder, con un mínimo gesto, al mensaje más importante que nos dejó Jesús como legado: ése en el que nos pide que nos convirtamos en los cirineos de estos hombres que SON el Cristo cierto –de carne y hueso- que no conoce los azahares…

     … y no hay más…

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6 Comentarios

  1. Rosario
    Rosario abril 14, 11:39

    Magnífico artículo, Paco. Me has hecho revivir la crudeza y el horror de las imágenes que con tanta precisión describes. Como no tengo palabras para definir lo que me has hecho sentir, solo diré que las lágrimas han corrido por mis mejillas. Te dejo un soneto que escribí hace tiempo que aunque no es el tema creo que algo sí tiene que ver.
    Un abrazo, Paco.
    EL DOLOR DEL POETA

    Me duelen de los pueblos las fronteras
    caminos que no van a parte alguna
    el injusto reparto de fortuna
    y los necios que instalan las barreras.

    Me duele el trigo escaso de las eras
    el niño muerto por la sed y hambruna
    falto de pan, de higiene y de vacuna
    y el caído que abona las trincheras.

    Cuánto duele injusticia y tiranía
    y cuánto duele al hombre los agravios
    quién pudiera tornarle la alegría.

    Quién conociera fórmula y secreto
    de poner miel y música en sus labios
    con los catorce versos de un soneto.

    R. Bersabé

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    • Paco Fernández-Pro
      Paco Fernández-Pro abril 14, 12:21

      ¿Que si tiene que ver?… ¡¡Jo, si tiene que ver!!

      Queridísima Rosario, por algo es que, cuando Marcelino y yo hablábamos de ti, siempre te calificábamos como la nueva Dama de la Poesía Ecijana.

      Te reivindico como Amiga, como Poeta y como Paisana… y, sobre todo, te doy las gracias por demostrarnos a todos que nunca es tarde para atreverse.

      Un beso.

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  2. Rosario Sánchez
    Rosario Sánchez abril 14, 23:23

    Oportuno y estupendo artículo el del señor Fernández-Pro y bellísimos los versos de Rosario Bersabé. Astigitana de pura cepa para honor de la literaura y de Andalucía.

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  3. JUBILADO
    JUBILADO abril 16, 16:10

    Es que hay reflexiones que son peligrosas; ¿habrá que recordar a los que vivimos a este lado de la alambrada, que parte de nuestro bienestar se debe a los recursos naturales de los que quieren “invadirnos”? Si hasta el oro y la plata que sirve de ornamento en nuestras iglesias se extrajo de las minas de Sudamerica, con el sudor y hasta con la vida de los pobre indios.
    De vez en cuando necesitamos que artículos como el suyo nos de una sacudida a nuestra conciencia, y a nuestra consciencia.
    Gracias Sr. Fernandez-Pro.

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    • Paco Fernández-Pro
      Paco Fernández-Pro abril 18, 14:54

      A usted Señor Jubilado. De nada servirían las letras que se escriben, si no hubiera quien las leyera con la atención y el espíritu analítico con el que usted lo hace.
      Gracias por eso.

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