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SINVERGÜENZAS Y MEQUETREFES por Francisco Fernández-Pro

SINVERGÜENZAS Y MEQUETREFES por Francisco Fernández-Pro
septiembre 30
00:17 2013
Francisco J. Fernández-Pro

Francisco J. Fernández-Pro

Lo siento, pero tengo que decirlo: definitivamente, en esto de los sindicatos y la política, cada vez hay más sinvergüenzas y mequetrefes.

Vaya por delante que conozco y doy fe de muchos ugetistas y socialistas de bien, pero cada día está más claro que la UGT y el PSOE, con el tiempo y el poder, se han convertido en dos nidos de vividores. Que no son todos los que están, es seguro; pero que los hay a manojitos, es algo que ya no duda nadie.

Esto último de las comilonas y las facturas infladas, clama al cielo. Pero clama al cielo, no sólo porque pudiera ocurrir, sino porque en la Junta de Andalucía (que era quien pagaba con el dinero de todos nosotros, a pesar de que siempre se queja de que no lo hay) permitieron que ocurriera.

No puedo remediar el cabreo, porque se me revuelven las tripas con tanto comeolla que se lo lleva calentito, mientras vocifera que falta dinero para una educación y una sanidad de más calidad. Y lo estoy, no sólo como ciudadano y andaluz, sino también como ecijano, porque a nosotros –a los ecijanos- ya es la segunda vez que la UGT nos toma por imbéciles.

Cuando, allá por los años ochenta del pasado siglo, el sindicato del PSOE tuvo que pagar casi ochenta millones de euros por la estafa de la PSV, no tuvo otro remedio que tirar de su patrimonio y pagarle con él al Estado. Pues bien, hace un par de años, nos enteramos que, en ese patrimonio ugetista, habían incluido las Carnicerías Reales de Écija. Sí, esas mismas que durante siglos fueron patrimonio de todos los ecijanos, que ahora (cuando se pagan alquileres para las oficinas municipales) les vendrían tan bien a nuestro Ayuntamiento, y que desde hace unos años andan ocupadas por CCOO (a otra que, de vez en cuando, también le luce el pelo… o el plumero).

Pues nada, nuestras Carnicerías Reales, según escrituras, pertenecen al ICO (Instituto de Crédito Oficial), porque la UGT, en su día, la ofreció en pago por la estafa que hizo a los miles de trabajadores que le habían confiado sus ahorros para la compra de una vivienda.

La reflexión se impone a una pregunta obvia: ¿cómo puede ser que sucedan todas estas cosas?… Posiblemente, porque desde que Pablo Iglesias fundara el PSOE y la UGT, a todos los militantes se les obligó a la afiliación conjunta. Obligación ésta, de pertenecer simultáneamente a los dos apéndices socialistas, que se mantuvo hasta casi finalizado el siglo XX y que, en la práctica, se ha traducido en el entreguismo de la una a la otra con total descaro (un entreguismo, aún mayor si cabe, que el que CCOO tuvo con el PCE desde sus inicios mineros por Laciana, a mediados del siglo pasado).

Por desgracia, la realidad no deja lugar a dudas y los dos sindicatos andaluces mayoritarios, UGT y CCOO, se han empeñado en demostrarnos lo fácil que resulta olvidarse de los trabajadores y empollar sinvergüenzas cuando existe connivencia con un poder ejercido por correligionarios mequetrefes. Una connivencia, por cierto, servida con mantel y todo.

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2 Comentarios

  1. torreblas
    torreblas octubre 02, 11:57

    anda quien fue hablar.¿Ya no se acuerda de su etapa en la politica?pues fue una de las mas nefastas y ruin de la historia del pueblo,a usted lo que le pasa esque tiene envidia de no poder hacerlo. Anda y acustese un rato.

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  2. Paco Fernández-Pro
    Paco Fernández-Pro octubre 02, 13:44

    Estimado Sr.:
    Una vez leído su comentario con la atención que se merece y analizado su contenido, su continente y el estilo tan personalísimo con el que lo escribe, no puedo dejar de agradecerle lo que, para mí, es una magnífica muestra literaria de lo que puede ser la psicología del comportamiento. Más, como sería demasiado extensa su consideración como tal, permítame sintetizar mi respuesta en tres agradecimientos:
    1º. Le agradezco que haya leído mi artículo y se haya tomado la molestia de comentarlo.
    2º. Le agradezco que esté de acuerdo conmigo en todos los puntos expuestos en el mismo (cosa que deduzco al no aportar en su intervención ningún dato ni propuesta contraria a los que yo expongo) y
    3º. Le agradezco que haya sabido transmitir en su comentario –yo diría que de forma rabiosamente nítida y concluyente- el efecto logrado por mis letras en las personas que las provocaron. Efecto éste de acción-reacción que, lógicamente, era previsible; pero que, para mí, como articulista, también era deseable, ya que con él puedo calibrar la efectividad de mis palabras.
    Gracias, sea usted quien sea (y aunque sepamos de donde es…)

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