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SIMPLE ENGAÑO por Diego Lamoneda

SIMPLE ENGAÑO por Diego Lamoneda
octubre 01
18:05 2020

Una crisis bestial -escondida, y fruto de la especulación y corrupción-, dejaba el futuro de los jóvenes en la nada. Miles tuvieron que salir de España, o ser explotados aquí con sueldos miserables. Se levantaron el 15 Mayo del 2011, en la Puerta del Sol de Madrid.

Yo estaba en Madrid, y aquel lugar era parte de mi caminar diario. Cada día me quedaba un buen rato, observando cuanto pasaba. Vestían y se hablaban como siempre lo hicieron los universitarios, con ese punto de rebeldía que imprime el idealismo de la juventud. Ni una gota de alcohol se veía; se sentaban en el suelo, en grandes corros, y uno iba dando la palabra a quien la pedía. Se respetaban los turnos, y aplaudían moviendo las manos en el aire. Seguramente, en uno de esos corros había más títulos universitarios, másters auténticos y más educación que en el Congreso, a pocos metros de allí, donde los diputados se insultaban –como ahora-, en vez de trabajar por ellos y por toda la Nación.

Fue portada de los principales diarios del mundo. Los partidos progresistas intentaron capitalizarlo, y vi con mis propios ojos cómo los echaban de allí. Sí, también a los muy de izquierdas; no querían a ninguno. Fueron unos pocos días –muy pocos- de no saber cómo iba a terminar aquello; como ocurría antaño en las viejas revoluciones. Luego ya, esos partidos sí consiguieron capitalizarlo. Pasaron del bando de los reprobados al de víctimas. A la vez, llegaron folloneros con el alcohol y los porros; y pensionistas, con sus peticiones. Y se lo cargaron. La imagen impactante de sus debates, era ahora la del perroflauta porrero. Astuta, o absurda forma de tumbar una revuelta histórica sin policía de por medio.

Pero aquellos dos o tres días de movida, no tutelada por nadie –así la vi yo-, asombró al mundo. Los que manejan los hilos del poder, no durmieron; estoy seguro. Acostumbrados a controlarlo todo –desde los más conservadores hasta los adalides de la progresía-, no sabían qué era aquello y cómo podían combatirlo, ¡iba contra ellos! Nadie se había atrevido. Aquel miedo hizo que la corrupción empezara a no esconderse con tanta infamia.

No tenían una ideología concreta –hablé con muchos de ellos-, y eso, precisamente les hacía difíciles de combatir. Querían llevar la decencia a las instituciones, quitar poder a los partidos, que miran solo por su beneficio, combatir las desigualdades, el enchufismo, la especulación… y tantas injusticias que había, y que siguen. España necesitaba gente valiente –la juventud siempre lo fue-, que se enfrentase a todo eso sin complejos, ya que no lo hacían quienes deberían. A aquellos jóvenes, yo les vi ese valor. O creí vérselo.

Tenían cientos de mensajes, en pancartas que colgaban en puestos y en las fachadas de la Puerta del Sol. Ocurrentes, algunos desternillantes; denunciando a políticos, banqueros, jueces, prebostes de la comunicación, periodistas…. No vi nada sobre Franco, ni la guerra civil, ni a símbolos cristianos; ni vi afinidad con separatistas ni con quienes homenajean a criminales etarras; porque ¿qué tiene ver eso con el futuro que ellos reclamaban?
Ahora, los que dicen representarlos, tienen a estos últimos por compañeros de viaje. Nada decente podrán conseguir con ellos. Y es una pena, porque algunas causas que persiguen no merecen ir unidas a esas otras supremacistas o propias de regímenes tiranos que han llevado la miseria a tantos lugares. Sin esa lacra a la espalda, sí conseguirían muchas de ellas, y el apoyo de otros ciudadanos, ¿por qué, entonces, lo hacen? Da que pensar….

Creo que muchos de los que estuvieron en aquellos corros, se sentirán engañados. Sus representantes no hacen nada por favorecer que haya más trabajo, para que puedan volver los que se fueron y no tengan que irse otros. Al contrario, están espantando a las empresas, atacando los cimientos del Estado, trayendo al presente odios del pasado, que le son ajenos a los jóvenes, y yendo de la mano con impresentables. La impresión es que con ellos, no emigrarán miles de españoles, como en la crisis; habrá decenas de millones.

A aquellos poderosos que en mayo de 2011 estuvieron unos días sin dormir, les viene de perlas tener al personal entretenido con Franco y las cruces. Además ha salido Corina, excelente pretexto para pedir la república –igual da que sea en un momento dramático-, ¡bingo!… Ahora sí que duermen a pierna suelta. No tienen que contar ovejas para hacerlo, porque las oyen balar por las calles. Lo digo sin ánimo de ofender, en el sentido de gente confiada. Si mirasen bien a los pastores y a sus acompañantes, y pensaran un poco….

 

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2 Comentarios

  1. Un infante
    Un infante octubre 02, 00:14

    Mi Coronel, nada nuevo bajo el sol, nunca hubo entre los próceres del comunismo ni un obrero, desde Roseau seguido por Marx, auspiciado Proudhon consentidos por Bakunin, Kropotkin Lenin etc etc ….El comunismo nunca acabara con los pobres por que vive de ellos.

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  2. Diego Lamoneda
    Diego Lamoneda octubre 02, 20:04

    El artículo no va contra ninguna ideología concreta. Es la denuncia de un engaño. He oído que también hay comunistas españoles que se sienten engañados por estos dirigentes,pero eso ya lo dejo a otros autores más ilustrados.

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