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EL MIEDO por Francisco J. Fernández-Pro

EL MIEDO por Francisco J. Fernández-Pro
junio 21
20:53 2020

Confieso que cada día estoy más asustado, pero no por el coronavirus dichoso -que a ese acabaremos venciéndolo o controlándolo-, mi miedo es a esa otra epidemia que los españoles estamos sufriendo desde hace unos años y que nos mantiene continuamente irritados, convirtiéndonos en seres irracionales dispuestos, siempre, a dar un paso más hacia el precipicio. Esta epidemia, de carácter endémico y periódico, es la del “sectarismo” puro y duro que padecemos en España secularmente y para el que nunca hubo mascarillas ni guantes ni dexametasona.

Los síntomas cada vez son más claros: Una ignorante del PSOE llama “concejala fascista” a uno del PP, por dirigirse a ella como “Señora Presidente” (que -según la R.A.E.- es la acepción más correcta del término); por el otro lado, un energúmeno impresentable del PP expone su deseo de darle una paliza a Pablo Iglesia y dejarlo como un vegetal. Peor: unos imbéciles iletrados derriban estatuas conmemorativas sin tener ni pajolera idea de por qué se levantaron. La guinda: un carajote descerebrado alardea, públicamente, disparando contra imágenes de miembros del gobierno; y, así, hasta el infinito… ¡Hay que ser gilipollas!

Inexorablemente veo avanzar esta otra epidemia, ya no sólo en las imágenes de los telediarios sino en mi propio ordenador. Gente buena, personas prudentes a las que siempre consideré y tuve por sensatas, se revuelven en los feisbú y en los guasá, como si fueran posesos. Sus posturas -antaño, bien definidas y basadas en ideologías que podían dialogar entre sí-, han dado paso a la radicalización extrema de lo bueno contra lo malo, lo blanco contra lo negro, lo deseado contra lo aborrecido;… y este mal, aunque tiene fácil diagnóstico, por desgracia tiene un pronóstico bastante jodido porque su tratamiento se basa en la Información veraz, el Diálogo permanente y la Tolerancia: tres remedios -éstos- casi inexistentes en nuestro país cuando nos da por ponernos cabezones y embestir sin ton ni son.

Tanto los unos como los otros, por la derecha o por la izquierda, actúan por los rencores que los alimentan, la rabia incontenida, las consignas aprendidas o la mala leche que mamaron. Ellos son, para mí, mucho más peligrosos para el futuro bienestar de los españoles, que el dichoso coronavirus, porque teniendo clara la cura de este mal -libros, diálogo y respeto-, los causantes prefieren seguir insultándose por las redes, a “grito pelao” por las calles o pegándole tiros a “tó lo que se menea”.

 

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2 Comentarios

  1. JUBILADO
    JUBILADO julio 01, 21:51

    Leo su articulo, como siempre, con la convicción de que sus opiniones son siempre un enriquecimiento para el lector. Por eso no puedo resistirme a aportar las mías, con este mismo propósito.O al menos para que saquen sus propias conclusiones.
    Deduzco de este, que con intención o sin ella, traza usted una equidistancia entre las barbaridades de unos y las de otros. Las dichosas equidistancias; todos los políticos son iguales, es la conclusión. Al menos es a la que pretenden abocarnos algunos para tapar sus incompetencias. Si usted y yo nos ponemos a debatir sobre el holocausto, por ejemplo, y uno estima que fue una enorme matanza y otro que fue un invento de los judíos, el termino medio nunca sería un equilibrio.
    Por eso, cuando usted afirma que los síntomas son cada vez mas claros y relata lo acontecido entre una “ignorante del PSOE y uno del PP” supongo que refiriéndose al episodio de la primera sesión del Congreso de esta ultima legislatura, entre el diputado de Vox Sr. Espinosa de los Monteros y la Señora Merixel Batet, Presidenta de la cámara, cuando el primero se refirió a ella en varias ocasiones en masculino, cuando el diccionario de la Lengua española desde 1803 contempla este tipo de tratamiento en femenino, no es que estemos ante una ignorante, sino ante una muestra de machismo de Vox. Seguramente el termino “sirvienta” lo usarán sin problema. Por tanto, para encontrar afrentas en ese bando, seguro que no tendrá problema en encontrar alguna, pero no en el referido en el Congreso. Aunque no del tamaño de los que menciona usted, como el descerebrado que dispara sobre fotos de miembros del gobierno. Creo que de esto ya se ocupa la Justicia.
    Es ciertamente, muy preocupante la polarización a la que nos han abocado a los ciudadanos. Es una estrategia perfectamente concebida y estudiada para crispar a las sociedades y abocarnos a actitudes extremistas, con lo que es fácil deducir a quien o quienes beneficia. ¿Vamos a caer a nuestra edad en semejante patraña? Entonces es que no hemos aprendido nada.
    Un saludo desde Granada.

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  2. Francisco Fernández-Pro
    Francisco Fernández-Pro julio 14, 10:46

    Estimado JUBILADO, antes que nada -y como otras veces- disculpe la demora en la respuesta, pero suele ocurrir cuando ando manga con hombro y tengo poco tiempo para releer los artículos. Cuando eso ocurre y los comentarios tardan un poco, ya no suelo leerlos a no ser -como en este caso- por pura casualidad. Lamento no haber atendido antes a sus letras que, como sabe, son siempre tan valiosas para mí (para mis propias reflexiones).
    Señala usted que deduce de mis letras la conclusión de que “todos los políticos son iguales”. Lo lamento. Ya sabe que, en muchas ocasiones, he confesado haber conocido políticos de todos los pelajes e intenciones. Es obvio que, para mí, no todos los políticos son iguales; sólo que yo los valoro como personas -por sus capacidades, sus actitudes, la coherencia de cada cual- y eso implica que en todos los partidos hay buenos y malos políticos. El problema -al menos, eso pienso- es cuando los peores son los que toman el mando de las estructuras de los partidos y, por tanto, de los gobiernos. Entonces es cuando la fastidiamos.
    En cuanto al problema de la Lengua, visto a los extremos que hemos llegado y, como amante de la Palabra, considero de absoluta necesidad ceñirnos a lo estipulado por la R.A.E. y por las normas ortográficas, por eso en aquellos casos donde puede darse la ambigüedad (Presidente/Presidenta) pero la Academia aconseja lo correcto normativamente (Presidente), yo prefiero quedarme con esta recomendación y no tener que preguntarme -ni tener que estar explicando- por qué, si la Lengua no tiene sexo sino género, el masculino de “Presidenta” no es “Presidento”.
    En cuanto al holocausto y al imbécil de la escopeta, ya sabe usted que estamos completamente de acuerdo; y, por supuesto, suscribo completamente su párrafo final: “Es ciertamente, muy preocupante la polarización a la que nos han abocado a los ciudadanos. Es una estrategia perfectamente concebida y estudiada para crispar a las sociedades y abocarnos a actitudes extremistas, con lo que es fácil deducir a quien o quienes beneficia. ¿Vamos a caer a nuestra edad en semejante patraña? Entonces es que no hemos aprendido nada.” (ya lo ve: hasta la última coma)
    Un saludo muy cordial desde sus torres.

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