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EL CUENTO DE LA BUENA PEPITA por Francisco J. Fernández-Pro

EL CUENTO DE LA BUENA PEPITA por Francisco J. Fernández-Pro
septiembre 26
02:32 2019
Francisco J. Fernández-Pro

Francisco J. Fernández-Pro

Los españoles somos tan españoles, que no hay pecado capital de los que tenemos que no cometamos. Los gobernantes más todavía, por que son más “listos”.

Ya saben ustedes lo de los pecados capitales del español: la envidia, el egoísmo y la soberbia –que ganan por veinte cabezas- y, después, la avaricia, la ignorancia,…  Más hay uno muy característico que, aunque pueda considerarse virtud, en el español suele derivar en falta: me refiero a la constancia que –de pura cabezonería-, el español a veces los convierte en embestida… y, si no, que se lo digan a los huesos de Franco.

¿Recuerdan ustedes “el cuento de la buena pepita” que, de niños, nos contaban para cabrearnos? El imbécil de turno soltaba la pregunta: “¿Tú conoces el cuento de la buena pepita?”… y ya dijeras que sí o que no, te volvía a repetir la pregunta machaconamente, hasta que te cabreaba al extremo de arrancarte una lágrima –si el imbécil era adulto- o una patada en las espinillas, si era alguien a quien podías soltársela.

Con lo de Franco nos ha pasado igual: “No te digo ni que sí ni que no, pero ¿tú sabes si se llevan los huesos del Valle?”… “¡Que sí! ¡Que no!… Lo mismo daba la respuesta: los huesos de Franco han seguido allí, como si nada.

Desde que a estos cuentistas les dio por el osario, en España han pasado meses y meses de desgobierno, con un paro aumentando a marcha martillo, han subido los impuestos, el independentismo se ha desmadrado y ha derivado en sedición, salvajismo y hasta en terrorismo, siguen los accidentes de circulación, la inseguridad alimentaria, la violencia de género, los acosos y el deterioro en el Sistema Educativo y Sanitario, la presión a los autónomos, la indefensión de los pensionistas, la desilusión de los ciudadanos,… Eso sí: nuestra clase dirigente no ha dejado de ponernos la zanahoria de los huesos de Franco (“Si no te digo ni que sí ni que no, ¿sino si se llevarán los huesos del Valle o no se los llevarán?”): y, así, los españoles nos entreteníamos, nos olvidábamos del presente y nos retrotraíamos a la época de Maricastaña, cuando nos llevábamos como el perro y el gato, para acabar, al final, buscando las espinillas de los otros.

Menos mal que -¡por fin!- el Tribunal Supremo ha resuelto este litigio absurdo que, en realidad, lo único que ha conseguido es cumplir con la última voluntad del Dictador (que, supongo, sería la única de Franco que fue incumplida en su tiempo y que nunca lo hubiera sido estando vivo).

Ahora, Franco se sale con la suya y alguno hasta lo equiparará con el Cid Campeador: descansará donde quería y, hasta supongo que -aún descarnado- sonreirá complacido, mientras nuestros gobernantes tendrán que buscarse otro cuento, para que los españoles nos olvidemos del desgobierno y podamos seguir embistiéndonos los unos a los otros.

 

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4 Comentarios

  1. JUBILADO
    JUBILADO octubre 01, 22:40

    Mas de cuarenta años hace de la muerte del dictador. Desde que se restituyó la Democracia en nuestro país, varios presidentes de Gobierno y varias legislaturas nos han precedido, y en todas ellas hemos tenido los mismos problemas: paro, crisis económicas, terrorismos, y hasta muertes en carretera. Quizás por eso ninguno de los gobiernos pasados, han tenido tiempo, o la suficiente valentía para acometer la dura tarea de restituir la dignidad democrática ante el agravio y la vergüenza de ser el único país de nuestro entorno que rindiera culto a un dictador en un mausoleo del estado y pagado con nuestros impuestos. A diario escuchamos el argumento esgrimido por sectores muy conservadores, obviamente contrariados con la medida, donde se trata de priorizar otros problemas mas acuciantes para la población, como si la solución de uno significara tener que renunciar a la solución de otros. Como el problema del paro es grave, habrá que olvidarse de la delincuencia. Como la inmigración da dolor de cabeza, olvidémonos de la financiación de la sanidad.
    En ese sentido percibo el mensaje de su artículo. Aún así, creo D. Francisco que usted sabe que eso también había que hacerlo. Y mucha mas gente. Porque era la Ley y porque era la voluntad popular expresada suficientemente por nuestros representante en el Congreso, entre otras razones.

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  2. francisco fernández-pro
    francisco fernández-pro octubre 04, 01:23

    EStimado amigo, disculpe una vez más la demora. Como siempre, ando más bien liado y estos días aún más, debido a los preparativos para la boda de mi hija.
    Estoy muy de acuerdo con usted en algunas cosas y en otras no. Concretamente en esta, la verdad es que ni me va ni me viene. Personalmente, me parece una tontería y no le doy mayor valor, aunque es verdad que me fastidia un poco el gasto de tanta energía en cumplir con la última voluntad del Caudillo que, a fin de cuentas, es lo que se ha hecho: enterrarlo en el Pabellón familiar del Cementerio del Pardo, junto a su señora.
    Lo dije medio en broma pero, cada día, estoy más convencido: no creo que, en vida, se desobedecierq una orden de Franco. Tuvo que morir para que su última voluntad no se cumpliera… Hasta ahora, que lo han hecho tal y como él quería… ¡Jo!
    Pues que descanse en paz y todos a gusto (yo, que lo encuentro a todo esto tantos cabos sueltos y tantas objeciones tontas, me voy a quedar como un niño chico con pañales recién puestos… ¡por fin, se acabó !)
    Un saludo muy cordial.

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  3. JUBILADO
    JUBILADO octubre 04, 21:06

    Estimado amigo; Muchas felicidades por esa boda. A disfrutarla, que de esos momentos agradables tambien se hace una vida.

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