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En el país de Luis Candelas y los Siete Niños de Écija, la corrupción solo se ve mal cuando es de los otros.

En el país de Luis Candelas y los Siete Niños de Écija, la corrupción solo se ve mal cuando es de los otros.
julio 24
08:31 2015

Por lo visto, España es el país de los siete niños de Écija, cuando los corruptos son por millares y por supuesto que no son de esta ciudad de esbeltas torres. Aquí cabe bien la expresión de que los bandoleros de la época moderna ni son siete, ni son de Écija. Provienen de todos los partidos y de todos los ideales. Se han cambiado las diligencias por las cajas B y las manos visibles por las abiertas y por la espalda. Aunque también es verdad que hay diligencias para los inculpados que van a cámara lenta y por muchos caminos de evasión y aforamiento.

Con esta afirmación: “En el país de Luis Candelas y los Siete Niños de Écija, la corrupción solo se ve mal cuando es de los otros”,  se comenta el artículo publicado en La Gaceta donde se hace mención a las portadas de los distintos medios de comunicación donde se recogen el eco de los tres periodistas desaparecidos en Siria.

El autor del artículo, Carlos Esteban, expone las primeras planas de los periódicos y las noticias que acompañan a la mencionada de los profesionales desaparecidos. Cuando llega al diario El Mundo comenta en relación con una de las noticias:

7-ninos-elmundo2ERC impide al Parlament señalar a Mas por corrupción’. Quizá en otro tiempo, quizá en otro país, estas prácticas dignas del Chicago de los años Treinta serían un gran escándalo y supondría un rechazo masivo en las urnas. Hoy el sismógrafo electoral ni lo registra.

En el país de Luis Candelas y los Siete Niños de Écija, la corrupción solo se ve mal cuando es de los otros. Nada más desolador que contemplar a los votantes de un partido, cuando se descubre el último chanchullo indecente de uno de sus líderes, invocando vociferantes los chollos ilegales de los otros. Por eso temo que esto, lejos de acabar, vaya a más, porque solo se le pondrá fin cuando las bases de cada partido sean las más críticas, las que primero y más alto denuncien las trapacerías de los suyos. Y no parece cercano ni probable. Para el español medio, el hecho de que los otros hayan robado es argumento suficiente para dejar robar a los propios. Un asquito.

Este es un apunte más que pasa a engrosar los que se recogen en este portal de noticias de Écija y que tienen que ver con Bandoleros o se mencionan a  los propios Siete Niños.

 Veanse algunas muestras más de las publicadas en Ciberecija:

EN EL PAÍS DE LOS SIETE NIÑOS

 

 

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