FOROS DE ÉCIJA

   
Ecija - Écija
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San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia. Sucedió en Écija. "Obrero sin estipendio" por Manuel Robles.

Hay una escena en la vida de San Juan de Ávila que refleja la categoría sobrenatural de este cura. Sucedió en Écija, cuando el comisario de bulas impidió la predicación de Juan para poder él predicar la bula de la que era comisario. El auditorio, sin embargo, dejó al bulero solo en la iglesia principal y fue a escuchar a Juan de Ávila en otra iglesia. Después del suceso, el comisario de bulas, en plena calle, propinó una bofetada a Juan. Éste se arrodilló y dijo humildemente: «Emparéjeme esta otra mejilla, que más merezco por mis pecados».

Ejemplar historia la de este sacerdote de 69 años que parece un torrente de ciencia y santidad. Hasta la muerte de sus padres, parecía un cura más de los que salían de la Universidad de Alcalá. Celebró la primera misa en su pueblo, Almodóvar del Campo, invitando a doce pobres que luego comieron en su mesa. Después vendió todos los bienes, que repartió entre los pobres, y se dedicó a la evangelización empezando por su pueblo.

Siendo un cura joven, de 31 años, estuvo procesado por la Inquisición. Las acusaciones eran «muy graves»: llamaba mártires a los quemados por herejes, cerraba el cielo a los ricos, no explicaba bien el misterio de la eucaristía, tergiversaba la Escritura, era mejor dar limosna que fundar capellanías, la oración mental era mejor que la vocal? Todo menos la verdadera acusación: aquel cura no les dejaba vivir tranquilos en su cristianismo ni a los curas ni a la gente.

Ayer, cuando Benedicto XVI lo proclamó doctor de la Iglesia, todos los sacerdotes mediocres sentimos la vergüenza de no parecernos a él. Y viendo su vida a distancia, Juan de Ávila es como un hilo de oro que engarza esa letanía de pueblos por donde pasó haciendo el bien: Écija, Palma del Río, Jerez de la Frontera, Alcalá de Guadaira, Utrera, Córdoba, Montilla y Granada. Y es que Juan de Ávila ha vuelto por la tierra? «como un obrero sin estipendio, que sirvió a la Iglesia y no recibió de ella un real». Gracias, Juan, hasta Dios estará contento, y es que tu bondad es como el sol, como el pan y como el agua que hartan el alma y llenan de consuelo.

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fuente: Manuel Robles - Ine.es - Artículo: Obrero sin estipendio - (09 de octubre de 2012)

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